Resumen: Las teorías actuales no ofrecen una respuesta convincente a uno de los enigmas más curiosos de la evolución de nuestra anatomía ¿Por qué el glúteo mayor es el músculo más grande si apenas participa en nuestra locomoción bípeda? se plantea una hipótesis donde la transformación del glúteo mayor es el resultado adaptativo a la adopción de la bipedestación como un subproducto en la ontogenia temprana, junto con la necesidad de continuar manteniendo el marco postural donde tienen lugar la mayor parte de las relaciones sociales de todos los primates: la postura en cuclillas. Una adaptación que dejó marcas indelebles en el tejido miofascial y el genoma.
Palabras clave: Glúteo mayor; ontogenia; bipedismo; cuclillas

1.Estado de la cuestión
Efectivamente el glúteo mayor (GM) es el músculo más grande y potente de nuestro moderno cuerpo Sapiens, pero además, es mucho mayor proporcionalmente al de cualquier otro primate. Esto nos llevaría a pensar que su gran tamaño esta relacionado con lo que nos hace distintos a los demás primates: nuestra locomoción bípeda permanente.
Sin embargo, los estudios electromiográficos(1) prueban que su mínima participación en la marcha bípeda no justifica su gran tamaño por este hecho tan singular. Sabemos que su función principal es la extensión de la cadera, luego, si apenas entra en juego durante la extensión de la cadera en la marcha ¿quien realiza este movimiento? básicamente los isquiotibiales y la inercia.

Entonces ¿en qué actividades funciona intensamente el GM? como se aprecia en el gráfico de arriba es el sprint y la trepa, y algo en la carrera. Veámoslas:
1.1 Sprint
Es la actividad donde se produce el máximo grado de activación del GM, de ahí que se pueda pensar que su gran desarrollo fue objeto de selección ya que un glúteo grande permite desarrollar mas potencia extensora en el sprint y por tanto, hacer más veloz a su portador tanto en la huida de otros depredadores como para el ataque.
Pero no debemos olvidar que esta hipótesis tiene importantes inconvenientes. En primer lugar tenemos la punta de velocidad más lenta (35,6 Km/h) de todos los posibles depredadores, más lento incluso que cualquier otro gran primate.

Pero a este inconveniente se argumenta que no es necesario ser más rápido que el depredador, basta con ser más rápido que otro compañero de huida. Así, los supervivientes serían aquellos sujetos con los glúteos más poderosos…selección natural.
Siendo un argumento efectista se trata de una explicación falaz y simplista que supone que los sujetos con un GM menos desarrollado, (luego peor dotados para la velocidad) serían presas fáciles en una especie de competición al estilo de los 100 metros lisos.
A poco que el lector conozca los hábitos de caza de un depredador sabe que el factor sorpresa es uno de los elementos clave de su éxito, y no la carrera a campo abierto con pistoletazo de salida y los hominidos competiendo por salvar la vida partiendo de una misma linea de salida.
De ahí que por grandes y potentes glúteos que tuviese un hominido su capacidad de supervivencia ante un ataque estaría más sujeto al azar (como la cercanía al depredador, el tipo de terreno, distracción, estado físico etc.) que a su capacidad de reacción, que siempre sería inferior a la de su atacante.
Además, si el sprint fuese un valor seleccionable esencial para la supervivencia carecería de sentido que su maduración fuese tan tardía como son los 9-10 años. No olvidemos que antes de ser bípedos también teníamos capacidad de sprintar, incluso más rápido. De ahí que disponer de unos glúteos más grandes y potentes no sería un criterio de selección basado en la velocidad.
1.2 La carrera

Si bien la velocidad no es una de nuestra virtudes, sí lo es la resistencia en la carrera, superior a la cualquier otro animal, lo que nos permitió cazar a la presa por agotamiento tras largas horas de persecución o incluso días. Sin embargo, esta ventaja esta más relacionada con nuestra capacidad de termoregularnos a través de la sudoración que al gran desarrollo de nuestros glúteos(2).
No obstante, para Dennis Bramble(3) el glúteo mayor fue clave en la carrera de resistencia, no tanto por su acción directa en la extensión de la cadera, sino por su capacidad de controlar las oscilaciones del tronco en el plano sagital confiriendo así una marcha más estable y por tanto más eficiente.
Pero una acción tan sutil y que arroja una modesta respuesta electromiográfica no explica en modo alguno un tamaño muscular semejante como refleja un estudio de Bartlett(4). El músculo piramidal es el principal controlador del plano transversal y su tamaño es una quinta parte parte del GM.
Es más, existe una relación inversamente proporcional entre la distancia habitual recorrida por un individuo entrenado y el tamaño del glúteo mayor, es decir, a más kilómetros menos culo. Así lo refleja un estudio realizado con corredores Keniatas, los cuales tienen un 8% menos de masa muscular que otros corredores que entrenan menos Km. El trabajo concluye que su mayor resistencia no esta en sus músculos, sino en la mayor oxigenación de su cerebro(5).

Además, la estabilidad del tronco en la carrera en el plano sagital se explica de un modo más convincentemente desde la musculatura axial espinal del tronco en sinergia con la musculatura del core(6).
En cualquier caso, la musculatura del GM esta desarrollada ya en el primer año de vida(7), mucho antes de que el niño pueda correr de forma estable a los 4 años (no confundir con el sprint). Por tanto, su pequeña participación en la carrera sería una contribución secundaria y que tampoco explicaría su gran tamaño.
1.3 La trepa
Podríamos decir que se trata, junto con el sprint, la actividad favorita del GM, por tanto, resultaría sencillo relacionar su gran desarrollo como una reminiscencia de nuestro pasado arbóreo.
Pero algo no cuadra en esta hipótesis. Para empezar nuestro GM, en proporción, esta mucho mas desarrollado que el GM de nuestros parientes, a pesar de que nosotros apenas empleamos este patrón desde que bajamos de los arboles hace 5 MA.
Y al igual que pasa con los corredores de fondo los escaladores no se caracterizan precisamente por una hipertrofia del GM, de hecho, según un estudio de Gawda(8) los escaladores ganan en salto vertical a otros deportitas (Crossfit) no por su mayor potencia, sino por su menor peso.

Además, en nuestra especie el patrón de la trepa tiene un carácter genético, es decir, se trata de un patrón innato, sin embargo, en la ontogenesis del desarrollo juega un papel muy limitado lo que no justifica que el tamaño del GM sea relativamente superior al de otros primates que sí son trepadores.
1.4 La hipótesis sexual
Dado la inconsistencia de las hipótesis de la carrera y del sprint, la hipótesis sexual se convierte en una opción a tomar en consideración. Puesto que las hembras de los primates no humanos exhiben grandes inflamaciones en su trasero en la época de celo, esta visión constituye un potente reclamo sexual para los machos. Este hecho fue considerado por el autor del Mono desnudo, el zoologo inglés Desmond Morris, como un factor decisivo en la distribución de la grasa femenina en la pubertad.

Las hembras de nuestra especie no tienen un periodo de celo al año ya que ovulan durante toda su etapa fértil, por tanto, carece de sentido «señalizar» la predisposición al apareamiento mediante inflamaciones en periodos concretos. Luego parece que una solución seleccionable a este «problema» fuese mantener una hinchazón permanente en la región glútea que mantuviesen activados a los machos todo el tiempo.
De tal forma que aquellas hembras cuyas caderas fuesen más anchas (por variabilidad genética) y con tendencia a acumular sus depósitos grasos en esta región tendrían mayor éxito reproductivo al evocar en cierta forma en los machos las inflaciones propias del celo en las hembras primates no humanas. Se trataría de un claro ejemplo de selección sexual.
Esta hipótesis cuenta con el respaldo biológico de un estudio de Manolopoulous de la Universidad de Oxfort(9) que estudió a 16000 mujeres concluyendo que aquellas de anchas caderas (por encima del promedio) además de ser más inteligentes también eran más resistentes a enfermedades.
Otro estudio del Departamento de Epidemiología de la Universidad de Pittsburgh, confirmó que el nivel de inteligencia de los niños era proporcional al tamaño de los glúteos de sus madres. Este hecho corresponde a los ácidos grasos omega 3 (abundantes en los glúteos femeninos), que actúan como catalizadores del desarrollo cerebral infantil y que pueden ser administrados por el amamantamiento.
Pero de nuevo esta hipótesis presenta algunos problemas. Si bien la predisposición genética para acumular grasa en la región glútea y caderas, (a partir de la adolescencia) ha podido ser seleccionada en las hembras como reclamo sexual y de salud para sí misma y su descendencia, esto sigue sin explicar porque el glúteo mayor es el músculo más grande y potente.

El coste metabólico de mantener un tejido tan caro como es el músculo, con la principal función de hacer más prominente y atractiva esta región no tiene sentido en biología. Sería más rentable para el sistema que todo el volumen fuese rellenado por grasa como sucede con el tejido mamario.
Además, existe otra objeción a esta hipótesis. Si consideramos que el GM tendría como función principal la de contribuir al abultamiento del culo con una finalidad sexual, es decir, formando parte de los caracteres sexuales secundarios (vello, crecimiento de los senos, grasa) se daría una excepción inexplicable. Un carácter sexual activo «inútilmente» durante toda la primera década de vida (infancia y niñez) ¿Qué sentido tendría semejante despilfarro energético de forma tan prolongada y prematura?

Otra cuestión a resolver sería el desarrollo del glúteo mayor en los machos, que no tienden a acumular grasa en esta región ¿También constituye un poderoso reclamo sexual? sería un hecho atípico en nuestra filogenia, y tampoco explicaría porque la prominencia glútea en los hombres constituye más una excepción que una norma.
Entonces ¿por qué el glúteo mayor esta tan desarrollado en nuestra especie?
2. Hipotesis alternativa: Asian Squat
Se trata de una hipótesis sin precedentes y que se apoya en distintas evidencias científicas que expongo en este Post. Pero antes de entrar en materia es necesario contextualizar el marco evolutivo que rodea la aparición de la bipedestación en nuestra especie.
Aunque existen múltiples teorías al respecto hay consenso científico de que la bipedestación surgió en un entorno selvático, y que la transformación desde una anatomía simiesca a la actual bípeda no sucedió de golpe. El proceso fue lento y progresivo comenzando por la pelvis (Ardipitecus) hace unos 5 MA(10).
Pero ¿Cómo y por qué cambió la pelvis? autores como Arsuaga(11) apuntan a la torsión del hueso Iliaco hacia ventral, quedando en una orientación lateral, lo que permitió al glúteo medio estabilizar el tronco en el plano frontal durante la locomoción bípeda.
¿Se trató de una malformación aleatoria de origen genético que fue seleccionada por su gran éxito dentro de su nicho ecológico? En tal caso tuvo que tratarse de una epidemia de malformaciones similares dentro de una misma población para que tal característica tuviese alguna posibilidad de prosperar.
¿Existen otras explicaciones posibles? Recientemente un estudio de Druelle(12) ofrece un enfoque distinto a la evolución del bipedismo, que presenta en su hipótesis como un subproducto del desarrollo ontogenético de nuestros ancestros. Druelle resume:
» en los primates no humanos, también se emplean las redes neuronales que intervienen en la locomoción cuadrúpeda para llevar a cabo (ocasionalmente) la locomoción bípeda. En este contexto, un modo locomotor secundario (por ejemplo, la bipedestación) experimentado durante la infancia como un subproducto del desarrollo locomotor puede conducir a novedades evolutivas bajo presiones selectivas apropiadas.»

Luego la bipedestación pudo haber evolucionado como resultado de la adopción permanente en la infancia de un programa postural innato en todos los primates (como es la bipedestación), y no por mutaciones aleatorias que afectaron a la morfología de la pelvis favorecidas por selección natural. Un enfoque peligrosamente próximo a la idea Lamarkiana de la herencia de los caracteres adquiridos.
Partiendo de la premisa apuntada por Druelle y apoyada por neurofisiologos de la talla de Diezt(13), Grillner(14) y otros(15,16), los cambios morfológicos de la pelvis (como la torsión del iliaco) serían la respuesta adaptativa al cambio en la función neural del control postural, y en consecuencia el cambio de la función miofascial global.
2.1 ¿Y cómo afecto ésto al glúteo mayor?
El cambio en la función originado por la adopción del programa neural de la bipedestación durante la ontogenesis temprana modificó inicialmente la estructura de la pelvis.

Y esto lo cambió todo, o mejor dicho, casi todo… ya que la postura de relación social y descanso activo más extendida entre los primates se mantuvo inalterable desde nuestra etapa pre-bípeda hasta nuestros días.
Se trata de la postura en CUCLILLAS tan frecuente verla en niños y adultos de todas las edades en países asiáticos, y africanos, como infrecuente observarla en adultos en occidente.

Con la adopción de la bipedestación, tanto la entrada como la salida desde la posición de cuclillas exigió un cambio biomecánico drástico. Mientras que como cuadrúpedos la llegada y salida de la postura en cuclillas tiene un marcado vector horizontal, como bípedos este vector paso a ser netamente vertical. En este contexto postural se hizo necesario reconvertir la función del músculo situado más caudalmente en la pelvis: el glúteo mayor.

Si bien como cuadrúpedos el GM se encargaba de la extensión de la cadera, como bípedos, además, tuvo asumir un rol aún más importante: el descenso controlado del cuerpo a la postura en cuclillas, el mantenimiento (en sinergia con otros músculos) y la fase de despegue hacia la vertical hasta los 90º. Así se ha comprobado mediante estudio electromiográfico del ejercicio conocido como sentadilla profunda.

De este modo el GM se convirtió en nuestro principal músculo antigravitador. Además, continuaba ejerciendo su papel extensor en el sprint aunque con una histología modificada que ayudaría a explicar nuestra mayor lentitud.
Para ello no solamente el SNC tuvo que dotar al GM de mayor tamaño y potencia, si no que además sus nuevas competencias exigieron la variación en el tipo de fibras musculares hacia las de contracción lenta hasta alcanzar un 68% de fibras tipo I (17,18). En cambio, en los chimpancés se da el fenómeno contrario como demostró un estudio de Umberger(19)
de la Universidad de Massachusetts Amherst.

Los chimpancés como otros simios (y dos tercios de los humanos actuales) pasan gran parte de su tiempo en cuclillas, sin embargo, ellos no tienen que sostener el peso de su tronco en el aire como hacemos nosotros. Luego nuestras cuclillas exigen mayor resistencia para sostener esta postura y salir de ella. La razón hay que buscarla en llamado índice intermebral que es la relación de longitud entre las extremidades superiores e inferiores.
En esta hipótesis el GM no incrementa su tamaño por la adopción de la bipedestación, si no como consecuencia de continuar manteniendo nuestro marco de relaciones sociales siendo bípedos. Este marco postural son las cuclillas y el GM el puente que conecta las costumbres pre-bípedas con la nueva locomoción bípeda.
2.2 Epegenética del GM
Un cambio de este calado (sin mediar mutación genética fortuita) en una estructura pélvica simiesca hacía otra compatible con la bipedia, producida en el transcurso de la ontogenía temprana, tuvo que dejar marcas indelebles sobre el SNC, los tejidos diana y en consecuencia sobre sobre la información genética.
Si bien sabemos que la transformación anatómica de nuestros primeros ancestros bípedos a nuestro cuerpo bípedo actual no ocurrió de golpe también sabemos que el inicio de este cambio comenzó, según el registro fósil, por la pelvis(10). Sin embargo, el cambio de la pelvis tuvo que acontecer en los infantes de forma simultanea (en sus tres huesos) en pocas generaciones.

El mencionado giro de ambos iliacos hacia ventral sería el elemento clave al situar el glúteo mediano lateralmente en lugar de dorsal. Con esta nueva orientación su acción, con una sola pierna apoyada, conseguía mantener la pelvis enderezada en el plano frontal, sin la inclinación lateral característica de los chimpancés al caminar erguidos(11).
La torsión del iliaco provocó la separación de los glúteos mayor y mediano con la consiguiente distensión miofascial, un proceso solo al alcance de las crías, donde la plasticidad de todos los tejidos, incluido el oseo, es máxima cuando sobre ellos actúan potentes fuerzas como es el caso de un cambio en el patrón neural de la postura y la locomoción.
¿Cuanto tiempo creen que pudo tomar este proceso? los fisioterapeutas que se trabajamos con niños con parálisis cerebral sabemos bien que cuando el SNC opera de forma disfuncional, enviando información aberrante a sus músculos, la estructura osea se ve abocada a la deformación siguiendo el patrón anormal, y no en años…en meses. En otras palabras, el esqueleto se convierte en la expresión física de la información generada desde el SNC.
En cierto modo, para el SNC pre-bípedo la imposición de este subproducto de la ontogenesis postural, como es la adopción permanente de la bipedestación bien podría interpretarse como una desviación «inesperada» de la ruta biológica.
Una vez tomado el desvío alternativo como la ruta neural principal a una edad tan temprana, el SNC tuvo que hacer congruente lo que anatomicamente era incongruente realizando para ello las remodelaciones pertinentes comenzando por la estructura clave: la pelvis.
2.3 Y Lucy, ¿tenía culo?

La pelvis de Lucy era claramente bípeda con un tamaño y proporciones similares al de un chimpancé actual. Pero para responder a esta presunta antes habría que hacer otra, cuando Lucy se colocaba en cuclillas ¿su trasero se apoyaba en el suelo, como los chimpancés, o se mantenía en el aire como nosotros?
Si sus proporciones eran como las de un chimpancé podríamos aventurar que su culo se apoyaría en el suelo, con lo cual el GM no estaría activo. Sin embargo, los isquiones de Lucy habían reducido notablemente su longitud por lo que es muy improbable que llegaran a rozar siquiera el suelo.
Esto lo podemos afirmar apoyándonos en la observación de la postura en cuclillas de un niño humano de 2 años, puesto que su índice intermenbral es similar al un chimpancé (tronco largo y extremidades parecidas en longitud) pero isquiones cortos como Lucy. Luego la respuesta es sí, Lucy tenia culo. Y considerando la anchura de su pelvis un buen culo!!

¿Tenia Lucy inflamación en su trasero el periodo de celo?
Con un desarrollo glúteo sin precedentes, Lucy presentaba a ojos de los machos una «inflación» permanente, por lo que el inicial periodo de celo se mantuvo estimulado en el tiempo por la excitación permanente de los machos que interpretaron una señal no sexual como solo sabían hacerlo.
Por tanto, la ovulación periódica durante todo el año, sería la respuesta a la estimulación sexual constante, de forma similar a lo sucede con la lactancia, donde es la estimulación del niño succionando el pecho quien mantiene constante la producción de leche por años. Cuando el niño deja de mamar, se acabó… pero en el caso del sexo, los machos, mientras se mantiene el estimulo visual (de lo que interpretan como una inflamación) nunca dejan de «mamar». Un hecho que bien podría haber contribuido a fidelizar parejas estables.
Quizá le pueda parecer una justificación traída por los pelos, pero no es así, estudios serios como el de Sigma en Argentina(20) concluyen lo que por otra parte ya sabíamos, los hombres mayoritariamente se fijan en el culo (antes que en los pechos) en primera y última instancia para elegir pareja sexual entre múltiples combinaciones: buen culo y pechos pequeños; pechos grandes y culo plano, etc. Entienda que no hablamos de amor…solo sexo.
2.4 La Zona Glútea
En 1972 el neuropediatra Vaclav Vojta publicó su primera obra: Alteraciones motoras cerebrales infantiles(21). En ella describió el fruto de 18 años de investigaciones dando como resultado el descubrimiento y descripción de dos patrones innatos: volteo reflejo y reptación refleja, a los que en conjunto denominó: Locomoción refleja.
Locomoción, porque ambos patrones presentan todos los contenidos de cualquier locomoción: control automático de la postura, reacciones de enderezamiento sobre puntos de apoyo y movimiento fasico coordinado de las extremidades; y refleja porque se activan a cualquier edad y sin la participación voluntaria y/o consciente del sujeto(22).
Analizando estos patrones innatos, Vojta descubrió que sus contenidos ciensiológicos parciales se correlacionaban con los patrones parciales que estaban presentes en la ontogenesis postural del primer año de vida del niño(21). Esto implicaba que de algún modo estos patrones innatos estaban estrechamente vinculados con el desarrollo motor normal que experimenta cualquier niño de nuestra especie.

Lo más sorprendente fue que para activar estos patrones era (y es) necesario presionar suavemente unas zonas concretas de nuestra anatomía en posturas determinadas(21). El descubrimiento de estas zonas fue puro empirismo clínico, y a pesar de que la evidencia científica ha probado en ensayos clínicos controlados frente a placebo (con resonancia magnética funcional) su eficacia(23), a día de hoy se desconoce el por qué estas zonas provocan la activación refleja de estos patrones innatos.

La fascia entre el glúteo mayor y el medio es una de esas zonas (son 10 en total) descritas por Vojta sin explicación científica sobre su origen. Este Post trata de ofrecer una hipótesis al respecto:
La Zona del glúteo constituye una marca epigenética registrada en el genoma y originada por la torsión ventral del iliaco al adoptar la locomoción bípeda durante la ontogenia temprana de nuestros ancestros pre-bípedos.
2.5 ¿Qué sucede cuando se presiona esta zona concreta del Glúteo?
La respuesta cinesiológica refleja depende de la postura global del cuerpo y en particular de la cabeza. En su aplicación terapéutica se utiliza en decúbito prono (boca abajo) con la cabeza girada a un lado presionando el glúteo del lado contrario al giro de la cabeza (como en la imagen de abajo).


A este patrón innato Vojta lo llamó reptación refleja, porque recuerda en algunos aspectos el clásico movimiento de reptar. Un patrón cruzado en el cual se apoya el codo de un brazo y el pie de la pierna contraria mientras que las extremidades de la otra diagonal se flexionan. En este contexto postural la contracción del GM en el lado de apoyo (nucal) es muy reducida, al igual que sucede durante la marcha.
Sin embargo, cuando en la posición de inicio del ejercicio colocamos al sujeto con ambas piernas en máxima flexión de caderas y rodillas (similar a la posición del mahometano) y presionamos en la zona del glúteo, aparece su máxima activación. Desde esta posición, la respuesta refleja global consiste en alcanzar la bipedestación (secuencia de la izquierda).
Lo cual apoya la teoría de que el GM fue rediseñado (tamaño, potencia, tipo de fibra) para desarrollar todo su potencial de contracción como músculo antigravitador con la finalidad de sostener y levantar todo el peso del cuerpo hacia la vertical desde la posición de cuclillas.

La zona Glútea se explicaría en este contexto como una marca epigenética que registró las transformaciones biomecánicas que acontecieron durante la transición de nuestra locomoción cuadrúpeda arborícora a la bípeda. De ahí, que al aplicar presión sobre esta zona (punto azul) el SNC reconozca esta señal de distensión (creada hace unos 5 MA) y active, como respuesta refleja, el patrón neuromuscular al que estuvo vinculado: la transición desde la posición de cuclillas a la bipedestación actual.
¿Cómo se localiza exactamente esta zona?

La zona esta en la intersección de dos lineas: la vertical, tomando como referencia la zona más alta del hueso iliaco, y la horizontal, tomando como referencia la espina iliaca antero superior. De forma palpatoria podemos localizarlo colocando la mano con el indice en la zona más alta de la pala iliaca. El punto se sitúa donde señala el dedo meñique.
3. Aplicaciones en rehabilitación
Los descubrimientos de Vojta pusieron a disposición de médicos y fisioterapeutas una forma de acceso a patrones de la ontogenesis postural cuando éstos no han podido expresarse por diferentes causas (daño cerebral congénito o adquirido, patologías ortopédicas, etc.)

De este modo, es posible evocar e imprimir en el cuerpo del niño o adulto patrones normales, o elementos cinesiológicos parciales de estos patrones, de una forma refleja y por tanto automática, resultando en rápidas mejoras de las funciones motoras afectadas.
Conocer el origen de las zonas que activan estos patrones innatos tal vez no aporte nada en el proceso de rehabilitación, pero puede ser una valiosa fuente de información e inspiración para contribuir a resolver algunas preguntas clave acerca de nuestra propia evolución.
4. Consideraciones finales
¿Por qué tenemos el culo tan grande? la adopción permanente de la bipedestación a una temprana edad junto con la necesidad de continuar manteniendo el marco postural implícito en todas las relaciones sociales de los primates (las cuclillas) parecen los factores más plausibles. La combinación simultanea de ambos serían los responsables de re-diseñar el tamaño del glúteo mayor para atender a su nueva función: la antigravitación.
La existencia de la zona glútea, reproduciendo con su estimulación el patrón neural de la puesta en pie desde la postura en cuclillas, apoya la hipótesis de Druelle de que la locomoción bípeda fue un proceso adquirido en la ontogenia temprana con la consiguiente remodelación de los tejidos implicados. La zona glútea constituye una de las marcas epigenéticas que registró y memorizó este proceso de transición hacia la bipedia.

Pero lo más sorprendente de la hipótesis descrita en este trabajo es que no son necesarios complejos laboratorios, grandes grupos de especialistas o caros equipos de medición para poder experimentar y percibir en primera persona lo aquí expuesto. Tan solo presione esta zona durante unos pocos minutos (3 a 4) en otra persona en cuclillas o en posición del mahometano, entonces comprobará y se sorprenderá de la importancia y profundidad del tema tratado en este Post.
En cierta forma se podría afirmar que el GM cambio su tamaño y estructura obligado por nuestra naturaleza social.
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Me ha gustado mucho el artículo y las diferentes recogidas de autores comparandolos!
!
Creo que debe seguir investigando el tema ya que creo que puede desempeñar además del todas las funciones descritas por diferentes autores una función vital en nuestro co trol posturas
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Pingback: Charla: Terapia vojta y evolución humana en el Máster de Evolución Humana - Asociacion Española Vojta
muy interesante!!! wow!!! muy buen texto, lo llevo a mi facebook. gracias
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teamoamorteamoamorteamoamooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
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Me alegro que te haya gustado
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Tus artículos son fascinantes. Gracias.
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Gracias Maria, escribo para personas como tú
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Buenos días Luis: soy terapeuta ocupacional y quería preguntarte cuál es tu opinión con respecto a la aplicación de la terapia Vojtia en niños con Síndrome de Down después de haber adquirido la marcha. Yo no la utilizo pero veo que en México es una práctica muy común aún en niños de edad escolar. Agradecería tu opinión. Muchas gracias.
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Hola Maria, yo trabajo principalmente con niños en edad escolar y tambien con adultos. En estos casos lo principal para que funcione es que tus niños colaboren, lo que quiere decir, es que debes negociar para que al nemos no luchen…entonces veras resultados
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Tus artículos son excelentes! Lo he encontrado de casualidad y me he quedado toda la tarde leyendo más y más. Sigue así y gracias por compartir.
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Gracias Josefina por tus palabras. Escribo para personas como tu
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